Sólo es vender casas
¿Esto sólo va de vender casas?
Cuando se habla del sector inmobiliario, es común escuchar comentarios como: “Eso solo va de vender casas y hacer dinero rápido.” Pero, como profesional en este campo, puedo decir que esta percepción está lejos de la realidad. El trabajo de un asesor inmobiliario va mucho más allá de mostrar viviendas y cerrar tratos. Estamos hablando de un proceso complejo que involucra no solo habilidades comerciales, sino también conocimiento legal, financiero y, sobre todo, una gran capacidad para gestionar emociones. Porque, al final del día, no se trata solo de propiedades; se trata de personas y de una de las decisiones más importantes de sus vidas.
Los que no están en el sector suelen desconocer las complicaciones que pueden surgir cuando una venta no se gestiona de forma correcta. Un error común es no prestar atención a la documentación. Una firma faltante o un documento desactualizado puede paralizar la operación durante meses, generando frustración y, en algunos casos, costosos litigios. Otra dificultad es la valoración incorrecta del inmueble. Si el precio no está bien ajustado, la propiedad puede quedarse en el mercado por más tiempo del esperado. Un precio demasiado alto espanta a los compradores potenciales, mientras que uno demasiado bajo puede significar pérdidas para el propietario. La percepción equivocada de que “el mercado siempre está en alza” lleva a muchos a cometer errores costosos en este sentido.
El desconocimiento legal y fiscal es otro de los grandes problemas. Cada transacción está sujeta a normativas específicas que pueden variar según la región, y no estar al tanto de los impuestos aplicables o de los cambios en la legislación puede derivar en sanciones para el cliente. Esto se vuelve aún más crítico en situaciones complejas, como ventas por herencias, hipotecas o inmuebles con cargas.
Las consecuencias de una mala gestión inmobiliaria no solo afectan el bolsillo del cliente. Pueden dañar la reputación del asesor, afectar su relación con otros clientes potenciales y, en última instancia, llevar a la pérdida de confianza en el sector. La mayoría de las personas no compra o vende propiedades todos los días; lo hacen una, dos o tres veces en su vida. Y cuando esa experiencia se convierte en una pesadilla por una gestión deficiente, se sienten traicionados y desilusionados. Eso es algo que, como profesionales, no podemos permitirnos.
No, el sector inmobiliario no se trata solo de vender casas. Se trata de acompañar, asesorar y gestionar el proceso completo para que sea una experiencia positiva y, sobre todo, segura para todas las partes involucradas. Ser un buen asesor inmobiliario no significa vender a cualquier precio, sino saber cuándo es mejor parar, revisar y proteger los intereses de tus clientes. Así que, la próxima vez que escuches que “los agentes inmobiliarios solo venden casas”, recuerda que hay mucho más detrás de esa simple afirmación. Al final, estamos aquí para crear experiencias, no transacciones. Espero que estas palabras inspiren a otros profesionales y ayuden a los clientes a comprender la verdadera importancia de contar con un asesor que no solo venda, sino que cuide de todo el proceso.
Ayudamos a tomar decisiones. La compra o venta de tu casa en las mejores manos